"Ser argentino" durante las primeras siete décadas del siglo XX designaban tres cualidades: "ser alfabetizo, ser ciudadano y tener trabajo asegurado". En la ultima dictadura militar iniciada en 1976 y consolidándose en la década del 90 se puso fin al largo proceso de ampliación de los derechos la mayoría de la población; para lograrlo la dictadura impulso un proyecto político basado en el terrorismo de Estado.
El modelo de ajuste económico, privatización y desigualdad dieron lugar al empobrecimiento de amplios sectores de la población y a una creciente polarización social que implico la pérdida de los viejos soportes colectivos,
Podemos decir que ha caído el modelo de sociedad integrada por la acción política de un estado capas de articular inclusivamente al conjunto de la población y garantizar el ejercicio de derechos.
Este contexto genero una progresiva individualización de las distintas esferas sociales dejando como resultado que en situaciones de pobreza o desempleo dejen de ser entendidas como te,as sociales para pasar a ser comprendidas como problemáticas individuales, que redunda en mecanismos de contabilización de las victimas.
Beatriz Sarlo (1998) sostiene que la paradoja de la "imposición de derechos" fue la base de la propuesta escolar de su "época de oro". La escuela fue una maquina que combino practicas autoritarias con democracia, que imponía derechos aun sin el acuerdo de los sujetos involucrados.
Para esta posición pedagógica, el mejor futuro posible solo se construye a partir de la negación del pasado, entendido por tal a la "historia incorporada" de los sujetos que se deben educar. Esto tiene aun mucha presencia en las aulas. En el momento que un docente sostiene que su propuesta pedagógica es buena esta afirmado que es lo mejor que posee. El problema es que para gozar de sus ventajas, los alumnos tienen que dejar de ser quienes son histórica y culturalmente.
esta "imposición de derechos" convive con la "sustracción de derechos". Esto los quita del lugar de alumnos y les priva los derechos que dicha situación debería garantizarles.
Uno de los principales desafíos que actualmente enfrentamos los educadores es aportar la restitución de los derechos que han sido sustraídos. Para eso debemos ser capaces de generar propuestas educativas que les permita construir nuevos soportes y anclajes, debemos lograr habilitarles la posibilidad de acceso a nuevos lugares en lo social, cultural y lo político, propiciando la conexión con los entramados sociales que es garantice el ejercicio pleno de sus derechos.
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